Durante nuestro Enero en Cafayate decidimos que no podíamos dejar de hacer alguna excursión en nuestro hermoso norte argentino. Así que nos juntamos en “asamblea” a decidir dónde queríamos ir y cómo lo íbamos a hacer...
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...Tras debatir optamos por visitar las Ruinas de Quilmes, aquel lugar tan emblemático de Tucumán en el que el afán por defender lo propio hizo de aquella resistencia aborigen la más recordada. Sólo restaba decidir cómo llegar. Las opciones eran dos: contratar un pack turístico (bastante cómodo pero con costos elevados) o ir por nuestra cuenta (mucho más económico pero implicaba bastante organización y esfuerzo). Se optó por esta última, con la convicción de que como grupo podíamos lograrlo. Así fue cómo después de confirmar el número de gente, acordar con las trafics y juntar el dinero, el viernes a las diez de la mañana estábamos todos juntos listos para la excursión, con botellas de agua que entre todos habíamos comprado.
Tras una hora de viaje llegamos a las Ruinas. Después de una breve reseña histórica que nos dio el guía, comenzamos con el ascenso. Durante esta ardua pero satisfactoria travesía el compañerismo estuvo siempre presente; llevando un rato cada uno las botellas de agua, ayudándonos en los tramos difíciles, alentándonos, haciendo chistes para que el esfuerzo físico pareciera menor, sacándonos fotos, y hasta cantándonos a varios metros de distancia: “BAILE, BAILE, BAILE NODO BAILE…”.
Al regresar, la satisfacción nos invadía al darnos cuenta de todas las cosas que podemos lograr como grupo.
(Descargar archivo sobre la historia de los Quilmes)
Hace 12 años
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